El Telón de Acero – La vida en los destacamentos fronterizos

En las décadas de 1950 y 1960, las condiciones de vida en los destacamentos fronterizos eran espartanas. Los soldados solían vivir en edificios inadecuados o provisionales, lo cual empezó a cambiar significativamente en las décadas siguientes, cuando muchos destacamentos se trasladaron a edificios renovados o de nueva construcción.

El tiempo entre el servicio y el sueño se llenaba, por ejemplo, con la limpieza del destacamento y sus alrededores, o con otras actividades laborales según las necesidades. Desde principios de los años sesenta, a los soldados se les concedía una vez por semana un permiso fronterizo. Era un tiempo reservado para ellos mismos: podían salir de paseo, leer libros, dormir, hacer deporte, etc. En las décadas de 1970 y 1980, los soldados del Cuerpo de Guardias de Frontera, al igual que en el ejército, tenían derecho a dos períodos de vacaciones de 10 días cada uno, que debían ser utilizados en su totalidad. El llamado permiso de corta duración para salir del destacamento, conocido como "Opušťák", no era un derecho. Se otorgaba como recompensa o según la discreción del comandante.